Philip K. Dick
fue todo un maestro. Toda la ciencia ficción del siglo XX orbita
alrededor de sus obras, que parecen casi infinitas y que de vez en
cuando, cuando se reeditan, suponen un agasajo casi celestial para los
aficionados al género y a la obra de este visionario.
Sus obras más conocidas
son “El hombre en el castillo”
y “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, pero también, nos podemos encontrar una gran suma de
relatos breves, recientemente publicados en su totalidad o libros como “Ubik”, “Tiempo de Marte”, “Fluyan mis lágrimas, dijo el policía” y otros muchos, que son un gozo para los amantes de este género.
“Los jugadores de Titán” (Minotauro)
es una novela corta y exquisita. La Tierra ha perdido la guerra contra
los titanios y éstos se mezclan entre nosotros, imponiéndonos normas y
ejerciendo de policía de los pocos seres humanos que quedan en el
planeta. Además, existe una epidemia de esterilidad que provoca que las
relaciones sociales cambien por completo, existiendo dos clases, la de
los vinculados y los que no lo son.
No se trata de una novela muy larga, en la línea media de Dick, y se
puede acabar tranquilamente en una tarde. Esta es una recomendación,
puesto que el increíble mundo de las
babosas titanias van a absorberte la mente hasta la última página. 👽
Y es que Dick no tiene un libro malo o que no deje de sorprender. Los
hay más o menos intensos, pero sin duda, esa capacidad para escribir
todo lo que se le pasaba por la cabeza, cuanto más fantástico y absurdo
mejor, combinada con un talento especial para contar historias, hacen
que sea, para mí, uno de mis escritores favoritos, pero también uno de
los más leídos e inmortales de la ciencia ficción.
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