Fotografía: Laura Muñoz Hermida 2018 © Sui Generis Madrid (SGM)
Hoy, y desde Círculo de Lovecraft, tenemos el gran placer de entrevistar a Carlos M. Pla, graduado en Historia del Arte por la Universidad de Valencia y escritor de ensayo y ficción (especialmente de fantasía y terror), especializado en el campo de “lo fantástico” y en la figura literaria del gran escritor y maestro de Providence: H. P. Lovecraft.
Carlos M. Pla, además de colaborar con Círculo de Lovecraft en nuestro Nº. XI Especial Thomas Ligotti (con su ensayo acerca de la novela gráfica “Providence” del gran Alan Moore), es colaborador habitual del programa de radio cántabro Proyecto Terror, y del festival de cultura alternativa Sui Generis Madrid. Igualmente, está en ciernes de ver editada su ópera prima Oscuros Daimones, que él mismo define como un cruce estilístico entre el checo Gustav Meyrink (“El Golem”), con “El color que cayó del cielo”, del propio Lovecraft.
1º- Carlos, es evidente que, a nivel profesional, estás íntimamente vinculado con el mundo del arte, y en concreto, con la pintura simbolista del XIX, aunque sabemos que tu gran pasión, radica, inexorablemente, en todo lo interconectado con “el universo de lo fantástico”. Pues bien, ¿qué consideras que te aporta a ti y, por ende, a la realidad del momento, este “conglomerado” cuasi existencialista y filosófico que supone lo ilusorio? ¿Es pues, ese sustrato ideológico —que radica en el “simbolismo fantástico”—, lo que ha hecho que te decantes por el surrealismo pictórico? (Dos caras de la misma moneda, diríamos nosotr@s).
Bueno, queridos amigos del Círculo de Lovecraft, me sería imposible negar que, de alguna manera, lo fantástico ha sido como una constante que ha guiado buena parte de mis impulsos creativos en un primer momento de mi carrera literaria. Cuando vivía en Madrid, descubrí a la increíble editorial Valdemar y todo un mundo nuevo y excitante se abrió frente a mí. Ya había leído a algunos autores estadounidenses considerados como realistas que me siguen agradando mucho hoy, como Jack Kerouac en especial. Pero de alguna manera, mis inquietudes siempre han girado hacia lo oscuro, lo extraño y espectral en cuanto al arte. Descubrir la literatura fantástica y de terror de la mano de Valdemar cambió mis intereses culturales por completo.
Sin embargo, cuando comencé a adentrarme en otro tipo de temáticas de conocimiento como la filosofía oculta y el hermetismo, me di cuenta de que quizás lo fantástico a veces es sólo una palabra que utilizamos desde una perspectiva racionalista para separar lo que entendemos por real de lo que no. No me considero en absoluto un escritor de fantasía si entendemos este término como algo ficcional, imposible y remoto. Para mí, la realidad tiene muchos prismas y se trata de un concepto metafísico increíblemente ambiguo, complicado y subjetivo. Al igual que Alan Moore, opino que mediante el uso mágico de la palabra y otras formas de expresión artística somos capaces de crear otras realidades.
Ilustración de merl1ncz - Pillars
De hecho, voy a ser claro y sincero contigo, el término “fantasía”, “terror”, “ciencia ficción” o “realismo” me incomoda un poco. Creo que las etiquetas y los géneros en muchas ocasiones los carga El Diablo y nos limitan sobremanera como autores y también como lectores. Personalmente, como escritor trato de escribir lo que siento y lo cierto es que a priori no hago ningún tipo de distinciones entre lo real y lo fantástico.
2º- Y ¿por qué Lovecraft? ¿Qué existe, en este celebérrimo escritor de culto, que hizo que un docente de arte apostase por él? ¿Qué lo hace diferente de otros? (Aparte claro está, del placer que, a motu proprio, puede aportar su lectura).
Bueno, lo cierto es que no ejerzo docente como tal, de hecho, ni siquiera he empezado mi doctorado en historia del arte. Sin embargo, es cierto que ya he estado en varios congresos y he escrito unos cuantos artículos académicos. Alguno de ellos, aunque modificados parcialmente, ha acabado en vuestra genial revista. Lovecraft fue un descubrimiento enorme para mí, como lector primero y luego como autor. Descubrir la prosa del soñador de Providence expandió mi ideario artístico y transformó mi vida en términos culturales. En un primer momento, fue Lovecraft quien de alguna manera me empujó a escribir ficción y por supuesto, a investigar su obra de forma académica. Cuando escribo ensayo y me distancio de la ficción, trato de decantarme por intereses relacionados con el vasto corpus cultural y artístico que la corriente oficial se ha dedicado a ignorar durante todo el siglo XX y parte del XXI, en favor de un tipo de arte quizás más convencional e ideológico.
Lo cierto, y esto de nuevo es una opinión, es que a veces me resulta difícil darle un tratamiento investigador total desde la ciencia, un filtro académico a los temas que trato, que son fundamentalmente en torno al arte y la literatura. Veo poco coherente aplicar un filtro científico a aspectos tan subjetivos, imaginativos y creativos como estos, por lo que apuesto por una forma de acercarme a estos temas desde la heterodoxia y la libertad formal. Pese a que cursé hace un par de años un máster de investigación, no vas a encontrar en mí a un gran academicista o investigador al uso, me temo (risas).
Creo que, en la actualidad, está habiendo un enorme interés por estudiar el trabajo literario de soñador de Providence y en general por todo lo que tiene que ver con lo fantástico. Esto es muy interesante, porque significa que la universidad está comenzando a abrirse a estos temas más heterodoxos y ricos que lo de siempre. Creo que, más allá de enfoques demasiado teóricos y academicistas al extremo, lo interesante de Lovecraft es estudiar y analizar hasta qué punto la corriente filosófica y literaria que creó ha influido a diferentes formas de expresión artística como el cine, los videojuegos, la música, etc.
3º- Con respecto a la pregunta anterior, ¿existe, en tu personalidad, un afán intelectivo o dogmático, con respecto a lo que supone el Horror Cósmico de Lovecraft, o, es simplemente una imantación literaria lo que sus obras suscitan en ti? ¿Un poco —o un mucho— de ambas?
Bueno, lo cierto es que descubrí a Lovecraft cuando me encontraba hastiado de los arquetipos de terror clásicos como Drácula o Frankenstein, que, si bien son pilares del género, bajo mi punto de vista han acabado explotados hasta la náusea por la cultura popular y hoy en día son incapaces de generarme mucho interés como lector.
Afortunadamente, el horror cósmico nos ofrece un cambio de paradigma, alejándose del terror gótico y convencional para adentrarse en la ficción extraña y el cuento materialista de terror. Un horror que mira a las estrellas, empapado de aspectos oníricos y metafísicos, algo realmente fresco y novedoso, quizás no tanto hoy, pero sin duda fue una auténtica revolución a principios de siglo XX, como lo fueron obras como El Rey de Amarillo del neoyorkino Robert W. Chambers.
4º- ¿A qué edad tu espíritu descubrió los escritos del Maestro? ¿Existe en ello, algún tipo de causalidad “cósmica” que puedas narrarnos?
Bueno, descubrí a Lovecraft con 24 años, si no recuerdo mal, a recomendación de un buen amigo que además es traductor. Yo por aquel tiempo adoraba a otro gran maestro: Edgar Allan Poe y no concebía la posibilidad de encontrar una figura que llegase a superar mi fascinación por él. Pero lo cierto es que me equivocaba.
No hay casualidades con respecto a mi descubrimiento del maestro, pero sí es cierto que me vanaglorio de un dato. Entre el nacimiento de Lovecraft y el mío hay exactamente un siglo y una semana. Puede parecer una tontería, pero siempre me he relamido en cierta manera por esta coincidencia parcial (risas).
5º- ¿Qué obra de Lovecraft se encontraría en el nº1 del ranking de tus lecturas favoritas? ¿Qué otros autores componen el elenco de maestros literarios, con los que Carlos, el escritor, gusta de solazarse?
Es una pregunta difícil. He leído toda la narrativa del maestro y considero que hay tantas joyas, tantos relatos que me dejan fascinado que sería complicado hablar de un número uno. Relatos más relacionados con los mitos como La llamada de Cthulhu, El que susurra en la oscuridad, El modelo de Pickman... o la fantástica novela con la que me inicié en su obra: En las montañas de la locura. Sin embargo, hay una obra de Lovecraft que sí que definiría como mi favorita por la fascinación que me provoca cada vez que la leo: La búsqueda en sueños de la ignota Kadath.
Como escritor, Lovecraft y el horror cósmico suponen para mí una influencia ineludible. También otros autores europeos decadentes de entre-siglos como Guy de Maupassant, Joris-Karl Huysmans o Gustav Meyrink. William S. Burroughs es otro autor mucho más contemporáneo que también me ha influido, especialmente con su novela Yonki. En cuanto a lo patrio, el trabajo de escritores como Francisco Jota-Pérez y Alberto Ávila Salazar también me ha inspirado notablemente y, además, hoy en día, aparte de compañeros de letras, somos buenos amigos. Puedo decir lo mismo del genial ensayista y poeta Frank G. Rubio.
Hay otros autores y no sólo del ámbito de la literatura que también me han inspirado sobremanera, especialmente del campo del ocultismo y el esoterismo. Current 93 es una banda enorme que impregna mis escritos, que me ha inspirado de una manera muy especial y cuyas canciones nunca dejan de fascinarme. En el campo de la pintura, autores simbolistas como el belga Jean Delville también han dejado su marca indeleble en mi forma de escribir. Podría destacar también al brujo y artista Austin Osman Spare, un autor importantísimo y tristemente olvidado por la corriente cultural oficial en estos días de razón, enajenación y materialismo rampante.
6º- Háblanos de la que pronto será tu primera novela editada, “Oscuros Daimones”, que verá la luz a finales de este año. ¿Con qué va a toparse el lector entre sus páginas?
Es mi primera novela, algo realmente especial para cualquier escritor. La escribí en poco tiempo y por momentos el proceso creativo fue como si sólo tuviese que dedicarme a plasmar en papel lo que una entidad sobrenatural se dedicaba a narrarme, dándole eco literario. Lo cierto es que preferiría no adelantar demasiado sobre ella, ya que muy probablemente sea la primera y la última. Me siento mucho más cómodo escribiendo novela corta o bolsilibros y por supuesto relatos, pero esta historia, la de Oscuros Daimones, se merecía la extensión de una novela. Quizás pueda leerse como una novela de terror y misterio, pero también puede entenderse como una obra profundamente esotérica y mística.
7º- Y, por último, ¿en qué otros proyectos estás embarcado?
Ahora mismo me encuentro ultimando con un sello editorial muy joven un libro sobre la relación a nivel simbólico y estético que existe entre los videojuegos y el ocultismo, pero por ahora no puedo decir nada más. Es muy probable que el ensayo vea la luz esta primavera.
Por otra parte, he estado escribiendo dos novelas cortas más: La primera se llama Ecinoccio y se ambienta entre lo más profundo del ruralismo valenciano y la explosión de la ruta del bakalao vivida en la capital del reino. La segunda todavía no tiene nombre, pero se trata de una novela negra que se desarrolla en Madrid, de tintes cosmicistas.
Ilustración de Tomás Boersner
Magnífica entrevista. Se agradece muchísimo.
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