martes, 6 de febrero de 2018

Introducción a la ciencia ficción (II): La ciencia ficción primitiva europea


La rama europea de la ciencia ficción comenzó propiamente a finales del siglo XIX con los romances científicos de Julio Verne (1828-1905), cuya ciencia se centraba más bien en invenciones, así como con las novelas de crítica social, con orientación científica, de H. G. Wells (1866-1946).

             

Wells y Verne rivalizaron en la primitiva ciencia ficción. Los relatos y novelas cortas con temas fantásticos aparecieron en las publicaciones periódicas en los últimos años del siglo XIX, y muchos de ellos emplearon ideas científicas como una excusa para lanzarse a la imaginación. Aunque es más conocido por otros trabajos, Sir Arthur Conan Doyle también escribió ciencia ficción. 

El único libro en el que Charles Dickens se aventura en el territorio de la especulación científica y los extraños misterios de la naturaleza (en contraposición a los claramente sobrenaturales fantasmas de Navidad) fue en su novela Bleak House (1852), en la que uno de sus personajes muere por «combustión humana espontánea». Dickens investigó casos registrados de tal efecto antes de escribir sobre el tema para ser capaz de contestar a los escépticos que se escandalizarán con su novela.


El siguiente gran escritor británico de ciencia ficción, tras H. G. Wells, fue John Wyndham (1903-1969). A este autor le gustaba referirse a la ciencia ficción con el nombre de «fantasía lógica». Antes de la Segunda Guerra Mundial, Wyndham escribió exclusivamente para las revistas pulp, pero tras la contienda, se hizo famoso entre el público en general, más allá de la estrecha audiencia de la ciencia ficción.

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